Siete motivos para no preocuparse (Parte 1)
Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? (Mateo 6:25-26)
En Mateo 6 tenemos el ejemplo de la preocupación por la comida y la vestimenta.
Incluso en Estados Unidos, con su amplio sistema de beneficios públicos, la ansiedad por las finanzas y la vivienda puede ser intensa. Pero Jesús dice en el versículo 30 que esto surge porque la fe que tenemos en la promesa de gracia venidera de nuestro Padre es deficiente: somos «hombres de poca fe». Este pasaje contiene al menos siete promesas que Jesús nos dio para ayudarnos a pelear la buena batalla contra la incredulidad y liberarnos así de la ansiedad. (Veremos las promesas 1 y 2 en la Parte 1; y el resto en las Partes 2 y 3).
PROMESA 1: Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? (Mateo 6:25).
Si el cuerpo y la vida son muchísimo más complejos y difíciles de atender que la comida y la ropa, y aun así Dios en efecto nos creó y nos dotó de ambos, entonces seguramente podrá proveernos la comida y la ropa que necesitamos y está dispuesto a hacerlo.
Es más, sin importar lo que suceda, Dios un día resucitará nuestro cuerpo y preservará nuestra vida para que tengamos comunión eterna con él.
PROMESA 2: Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? (Mateo 6:26).
Si Dios está dispuesto a alimentar a criaturas tan insignificantes como las aves, que no pueden hacer nada para producir su comida —no como nosotros, que podemos cultivar la tierra— entonces de seguro nos proveerá lo que necesitamos, porque valemos mucho más que las aves.