La apariencia de una vida que no se desperdicia (parte 1)
2008 Conferencia Regional
No Desperdicies Tu Vida
(Las siguientes notas fueron tomadas durante la sesión, no son un manuscrito).
Si el evangelio vence mi posición de condenación bajo la ira de Dios, ¿cómo se ve ahora una vida redimida?
El universo existe para que podamos vivir de una manera que demuestre que Jesús es más precioso que la vida.
Porque tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabarán (Salmos 63:3).
Por lo tanto, debe haber una manera de vivir que lo demuestre.
El desbordamiento de la gracia de Dios en nuestros corazones se manifiesta en el amor hacia los demás. Uno de los resultados de atesorarlo a Él es que deseamos que otras personas se regocijen en Él con nosotros. Nuestra relación vertical con Dios comienza a tener dimensiones horizontales.
Ahora, hermanos, os damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada en las iglesias de Macedonia; pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. [...] No digo esto como un mandamiento, sino para probar, por la solicitud de otros, también la sinceridad de vuestro amor (2 Corintios 8:1-2, 8).
La gracia que había en la vida de los macedonios (y en la nuestra) da como resultado alegría y generosidad voluntaria. Observe que el gozo está en medio de dos oponentes: la aflicción y la pobreza.
Esto es lo que nosotros deberíamos esperar también. Yo no creo en el evangelio de la salud, la riqueza y la prosperidad. El llamado del evangelio es a una vida que deje una huella, no necesariamente a una vida fácil.
Las circunstancias no fueron la fuente de su gozo. De hecho, sus circunstancias empeoraron. Su gozo estaba en Dios. Ellos habían llegado a ver a Dios en el evangelio.
Fueron generosos. Habían perdido el amor al dinero. Rogaban fervientemente tener la oportunidad de contribuir a las necesidades de los santos que atravesaban una situación de pobreza. Nadie será salvo ni quedará impresionado por la prosperidad cristiana. Yo odio el evangelio de la prosperidad.
Lo que hace que Jesús se vea valioso es que ustedes, en su amor por Jesús, se sacrifiquen por el bien de los demás, por lo que se hace incuestionablemente evidente el hecho de que nuestro tesoro no está en la tierra. ¿Cómo podemos vivir un estilo de vida que no parezca un calco del mundo?
El sacrificio por la causa del amor es impresionante y digno de mención:
Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:16).
Las buenas obras son parte de ayudar a los demás a ver la luz; pero tengan en cuenta que nuestra luz no consiste en buenas obras solamente. Los versículos 11 al 15 muestran cuál es el contexto de nuestra luz. Nuestra luz es el gozo y la alegría en el día de la persecución. Lo que brilla en el mundo es que cuando usted está siendo golpeado por las circunstancias o por otras personas, no murmura, ni se queja ni se venga por sí mismo, sino que se regocija. Esa es la luz y sal que las personas ven. Debemos vivir como entristecidos pero siempre gozosos (2 Corintios 6:10).
Así que la clave para no desperdiciar nuestra vida es hacer el tipo de obras —y hay miles y miles de estas obras— que fluyen de un corazón que está asediado por las dificultades, pero aun así descansa en Jesucristo, considerándolo su gran recompensa.
Veinte maneras de no desperdiciar su vida
Descargo de responsabilidad: Los métodos que siguen no ganan el favor de Dios, sino que fluyen de haber sido ya perdonados y limpiados.
1) No desperdicie su sufrimiento
Por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza (Romanos 5:2-4).
No abandone la esperanza que Dios tiene planeado producir en nosotros por medio del sufrimiento. Debe tener una gran confianza en la soberanía de Dios para hacer esto.
Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y en mi carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo, hago mi parte por su cuerpo, que es la iglesia (Colosenses 1:24).
Cuando Pablo sufrió como apóstol, sufrió con el fin de mostrar el dolor de Cristo en su cuerpo. Los misioneros deben sufrir. Es parte del trato. Nosotros servimos a un Salvador crucificado.
Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vida en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2 Corintios 4:16-18).
2) No desperdicie los desastres naturales del mundo
Habrá más, y golpearán más cerca de casa.
El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y al sol le fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres fueron quemados con el intenso calor; y blasfemaron el nombre de Dios que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se quedó en tinieblas, y se mordían la lengua de dolor. Y blasfemaron contra el Dios del cielo por causa de sus dolores y de sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras (Apocalipsis 16:8-11).
Estas personas desperdiciaron sus calamidades. El propósito de Dios en ellas es conducirnos hacia Él. Pastores, ustedes deben hablar sobre estas cosas cuando suceden, porque su pueblo preguntará.
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:18-23).
Dios ha sometido la creación a vanidad, en la esperanza de que los desastres, los dolores de parto, sirvan como una parábola que refleje el desastre moral en el que la humanidad se ha metido. Si el pecado de la humanidad es el problema, ¿por qué la carne paga el precio? Es una parábola, un símbolo que apunta al desorden moral que nosotros mismos hemos creado.
En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo (Apocalipsis 11:13).
Ese es un ejemplo de un desastre no desperdiciado.
3) No desperdicie su dinero
Tenemos nuestro dinero como administradores, no como propietarios. Usted no es dueño de nada, ni siquiera de su cuerpo. Usted es un administrador. Saque de su cabeza la idea de que es el dueño de algo.
Esto significa que su dinero se desperdicia si no cumple los propósitos de su propietario: Dios. Se les ha encomendado el dinero para que lo usen para mostrar que Jesús es más valioso que el dinero. ¿Cómo se hace eso? Ese es el desafío de la vida en Estados Unidos.
Jesús habla del dinero más de lo que habla sobre el cielo, el infierno o cualquier otro pecado (Lucas 6:20, 8:14, 9:58, 12:15, 31, 33, 14:33; Mateo 6:19-20, 6:25; 2 Corintios 6:9-10; Efesios 4:28; 1 Timoteo 6:7-10, 18).
El cristianismo no es una religión de “vengan y vean”, donde construimos grandes monumentos. Es una religión de “vayan y anuncien”. Por lo tanto, se requiere la simplicidad de los tiempos de guerra.
Ponga un límite a su estilo de vida o su estilo de vida lo sobrepasará. ¿Cómo haría eso si tuviera acceso a las regalías por derechos de autor de treinta libros? Yo me enfrento a ese problema. He firmado un acuerdo para dar todas las regalías a una fundación, porque tengo miedo de quedármelas. Quiero ir al cielo mucho más de lo que quiero ser rico.
4) No desperdicie los robos que sufra
Ayer, la NPR (National Public Radio) contaba la historia de Julio Díaz, quien fue asaltado a punta de cuchillo y trató a su asaltante como Jesús nos mandó a amar a nuestros enemigos. Imagino pueden haber editado la historia para sacar a Jesús, pero incluso si Díaz no conoce a Cristo, está siendo influenciado por el carácter de Jesús.
(John Piper finaliza su lista de “Veinte maneras de no desperdiciar su vida” en la parte 2 de este mensaje).